Una de anuncios

No veo mucho la televisión (por no decir que solo lo hago mientras friego los platos, que tampoco suele ser muy a menudo), y cuanto más la veo menos me gusta, pero si hay algo que cualquiera que me lea a menudo sabe es que tengo una cierta fijación por la publicidad, así que voy a pegar otro repaso a lo último que he visto (que no lo último en publicidad).

  • Corporación Dermoestética. Ésta gente cada vez hace anuncios más vistosos, o sea con más carne, en el último salen media docena de mujeres que no te enteras de que va el anuncio pero piensas «yaaaaaaaaaa… vaya jacas payo»; lo malo es que no te ponen el «antes», solo el después, si te pusieran también las fotos de unas chavalas así… como decirlo… la versión femenina del feo de los Calatrava, pues hasta te planteas fundar una ONG para ir mandando mujeres allí de gratis y que las arreglen. Pero no, te ponen solo las chavalas todo explosivas y en buena cantidad para que cueste elegir la que más maziza está (personalmente dudo entre la rubia última y la morena del pelo corto… la morena del tanga, que seguro que habrá alguno que no se haya fijado en que lleva el pelo corto), y evidentemente, pensando en poner la tienda de campaña al lado de la clínica para ver a las que salen.
  • Mach 3 Turbo Omega Prime Atomic. La maquinilla de afeitar definitiva, con 15 hojas para conseguir el apurado definitivo de una sola pasada y sin posibilidad de cortar, además deja una textura que atrae a las mujeres a kilómetros; ahora con MP3 y 16 válvulos. El día que el maromo que las anuncia tenga pelo en la cara hasta me lo creeré, pero éstos pasan por ser los anuncios más fantasiosos de la historia de la publicidad. Mención aparte merecen las Epilady Venus Hiper Max y variedades, esas que son capaces de convertir a la chavala que se afeita las piernas en toda una diosa (siendo Venus, debería ser del amor carnal, pero no se estiran tanto) aunque tengan de medidas 90-60-90 y en la otra rodilla igual; lo bueno es que estos anuncios tienen también mucha carne y cada vez más, así que podemos esperar que de aquí a unos años nos muestren las cuchillas definitivas para la depilación brasileña.
  • L-Casei Inmunitas. Hasta hace cuatro días como quien dice nadie había oído hablar de esa cosa, pero ahora nos la meten hasta en el detergente si te descuidas. Cuando le cuentas a la gente que el L-Casei es una bacteria y que las bacterias son como bichitos microscópicos que van a campar a sus anchas en tus cañerías se lo piensan más para hacerle caso al José Coronado y metérselos a puñados en la boca. La pregunta es: ¿Cuando caducan esos yogures los L-Casei Inmunitas digievolucionan en L-Casei Cabronitas o qué?
  • Detergentazo en tiempo real. No puedo hablar de marca porque no me he quedado con todo el tema, pero el truco de éstos anuncios-realitychow consiste (al parecer) en pillar desprevenidad a la señora (o señorita) de turno y meterle un chufletazo de algo encima (ejem). Luego se la despelota hábilmente (fuera del anuncio claro, que entre lo del chufletazo y el despelote vamos a equivocarnos de cosa), y se procede a limpiar «en tiempo real» el agravio; el detergente se porta como un campeón y le deja a la mujer la blusa/chaqueta/jersey como si fuera nuevo (o lavado con perlán) en un tristras y hasta le quita las pelotillas si las tuviera. Vamos, un crack de anuncio. Espero ansiosamente ver algo así como las tomas falsas, donde una sexagenaria le sacuda al tio del ketchup un tremendo bolsazo en la tocha con un saco de 15 kilos de patatas inmediatamente después de que este haga la gracia y comience a decir eso de «Señora, esto le damos con el deter…. PLOF!».

Y creo que con estos voy a dejarlo hoy y guardarme algo para la próxima.

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