Visión de futuro

Hay momentos en la vida en que hay que replantearse los planes de futuro más allá de los grandes clásicos de siempre (¿diesel o gasolina? ¿con o sin hielo? ¿dulce o salado? ¿rubia o morena?), y veces que sin habértelo planteado acabas viéndote obligado a tomar una decisión chunga…

Yo este año pensaba comprarme una tableta digitalizadora nueva (más grande, con más resolución, con más pijadillas,… más cara), pensaba cambiar de ordenador (por inercia más que nada), pensaba darme un voltio por el norte del país (que no se dice este país, se dice España), pensaba hacerme de unas cuantas piezas de coleccionismo friki (no preguntes y no te mentiré), una gachí rusa por catálogo…

Pero ha ocurrido lo indecible, lo abominable, voy a ser víctima de las modas y las modas me van a costar una pastafurra gansísima. Habiendo tomado la determinación por varios y variados motivos (entre los cuales no cuento el hecho de no comerme una rosca ni haciendo el pino, hay cosas que nunca cambiarán) de cambiarme las gafas, las posibilidades, si bien finitas, solo pueden acabar como todo lo que implica tener que elegir: en una escalada de terror (y precios) que pondría los pelos de punta al mismísimo Rockefeller.

Antes de nada decir que yo y las gafas somos algo que veníamos juntos de serie, ni yo me acuerdo de haber estado alguna vez sin ellas, ni me reconocerían algunos si no llevara las gafas puestas (tengo la teoría de que mi primer par de gafas me los rompieron con los forceps al nacer, pero se niegan a confirmarmelo). Si es que tengo un historial oftalmológico que cuando mi oculista va a una convención del gremio saca mi ficha para fardar. De todas formas no penséis que mis problemas de visión son graves, es una miopía ligerilla, sin gafas puedo hacer vida completamente normal si quitamos algunas cosillas como conducir, leer, ver la tele, reconocer a la gente por la calle o atarme los zapatos.

Que a mí no me gustan las gafas con cristales pequeños (por estéticas que les parezcan a la mayoría, yo prefiero bien grande el área al que poder mirar sin girar la cabeza, manías de querer mirar de reojo), ni esas cosas con monturas al aire (más que nada porque con lo burro que puedo ser no me iban a durar ni dos telediarios); pero de todas formas me paso por varias ópticas a ver si hay algo curiosote… Los cojones. Ni las dos velas a San Judas me han ayudado a encontrar ninguna montura que me gustara, que no me sorprende porque las mías creo que las traía Moisés en un bolsillo al cruzar el mar aquél y ya eran cosa rara entonces.

Segunda opción: lentillas. Eso pinta bien al principio, luego te vienen los aguafiestas y te dicen que si las llevas demasiado tiempo se te ponen los ojos peor que a las Supernenas finas de canutos, que si hay que ponérselas poco tiempo al principio y luego ir aumentando la ración para que el ojo no se ponga tonto (ya ves, más tonto de lo que está), y que si tal que si cual. Eso suponiendo que las tolere y siempre teniendo unas gafas de repuesto por si las multas y por si se pierde una lentilla. Vamos que al final tampoco me cambia mucho a como estoy ahora, porque sigo sin querer tener que llevar por ahí unas gafas que no me van a gustar aunque sean para emergencias.

Tercera opción: láser. A mí me dicen «láser» y lo primero que me viene a la mente es la Estrella de la Muerte metiéndole un pestiñazo del 15 a Alderaan, bueno, eso y el Doctor Maligno haciendo las comillas con los dedos. Ninguna de las dos visiones es algo alentador, para que nos vamos a engañar. La cosa es que te meten en un quirófano, te van desintegrando cachos de córnea con un rayo láser (FLUOOOOOOOSH!!) y le dan la forma que hace falta para que compense el desastre que tienes como ojo. El resultado es que se acaban las búsquedas de esa montura que no va a gustar, que no hay que tener cuidado con las lentillas y que con un poquito de suerte voy a poder encontrarme la chorra a la primera a la hora de ir a cambiarle el agua al canario sin tener que ir palpando. A mí me da todavía un poco de reparo porque conociéndome como me conozco, me pegan el tiro con el láser y todavía sale la córnea a pedirle al cirujano que no de portazos, pero como no va a ser mañana cuando ocurra creo que todavía puedo ir llegando a un acuerdo de compromiso con ella.

Claro, que lo malo es que al peo con la tableta digitalizadora, al peo con el ordenador nuevo, al peo con el viaje por el norte y al peo con las piezas de coleccionismo, la rusa me duele menos porque en cuanto me viera iba a volver a Kiev de un salto igualmente; pero claro, todo por la calidad de vida y ese salto en paracaidas…

Yo ya le he preguntado al oculista si podré reconocer a la gente por la calle, y el me ha dicho que claro que sí hombre, lo que me va a venir de lujo porque se me ocurre alguna a la que bien podría hacer un reconocimiento a fondo… si no fuera porque corren más que yo.

Frase del día:
«No me mires, no me mires, no me no me mires.»

8 pensamientos en “Visión de futuro

  1. Fredy



    Se te va la pinza, me gusta. Escribes de puta madre. Se te nota lleno, con ideas y visión! (Lo de visión no es con recochineo)
    Volveré más por aquí

    Responder
  2. kamala

    ¡Buenos días! jolín, qué mal rollo me ha entrado hoy al leerte, porque últimamente veo mal por el ojo derecho, y me está entrando los siete males. Creo que necesitaré gafas, pero sólo para ese ojo. No me lo puedo creer, yo, que siempre he fardado de una vista de lince…

    Creo que mejorarás notablemente si te operas, y también es un gustazo no tener que llevar ni gafas ni estar pendiente de lentillas.

    Tu frase, muy oportuna. Ésta sé de donde la has sacado, de Mecano.

    Un beso (eres muy malo, no me has dicho tu edad. Lo peor es que invierto la «falsa» de 13, y me salen demasiados números para alguien que estudia… ¡ejem! Creo que sí, que te dejaré con sed sin piedad jajajaja).

    Responder
  3. Su

    Cataratas congénitas, miopía en el ojo derecho (cuatro y medio) y astigmatismo en el izquierdo (uno setenta y cinco) gafas desde los ¿seis? años y lentillas desde los ¿trece?.

    Llevo las lentillas una media de doce horas al día, y aunque de vez en cuando tengo conjuntivitis no se me suelen poner los ojos rojos.

    Me operaría si no fuese porque cuesta una pasta y no te aseguran que vayas a quedar bien. Una amiga tuvo que operarse dos veces porque la primera vez no pudieron acabar con todas las dioptrías…

    Mirar que no venirte al norte… ;-)

    Un beso

    Responder
  4. AOH/Rasczak

    Gracias Fredy.

    Kamala, no será nada a lo mejor te ha subido un poco la tensión. La verdad es que espero mejorar, sí, y la frase era muy obvia hoy.

    Su, veo que tú también tienes un buen historial, aunque de momento tienes pocas dioptrías (espero que las tengas estabilizadas). A mí es que 12 horas se me hacen pocas para las lentillas, yo las llevaría alrededor de 17. Ahora mismo ya te pueden decir con un estudio de la córnea cuántas dioptrías te pueden quitar con la operación, así puede decidir cada cual si le compensa o no, a mí si no me las quitan todas seguramente no me opere, pero confío que sí.

    El viaje será otro año seguramente.

    Responder
  5. conan



    Na rasc tu trankilo que como ya saves yo me opere y fuee too mu bien, junto con dejar de fumar una de las mejores decisiones de mi vida, vente pal norte (aunque no bebas ;P )

    Responder
  6. AOH/Rasczak

    Asias babaru, tú tranquilo que si voy por el norte la vena abstemia me saldrá de línea dura, que yo se que quieres emborracharme pa aprovecharte de mi juventud y de mi inocencia, y arrancarme la virtud… XD

    Responder
  7. conan



    voooooooooooooooooooooooooooooooo no t creo yo tan inocente, ademas de que no eres mi tipo (ni pertences a su sexo a no ser que me tengas engañao despues d tanto tiempo) tengo entendido que te gusta demasiado la manguera como para ser algo sano……… nose nose

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *